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miércoles, 9 de diciembre de 2009

EXPEDIENTE PORTLAND


Lo que pasa en Portland con los pivots es algo que Iker Jiménez debería investigar con su “nave del misterio”.


En el draft de 1984, Portland escogió a Sam Bowie, un chico de 2´16 que iba para estrella. Esta decisión fue muy dura porque su primera opción era un chico de Carolina del Norte con aspecto chulesco, pero que cambiaría este deporte para siempre. Ya saben de quien hablo, ¿no? Pues bien, la decisión de Bowie fue el mayor fracaso que ha habido en la historia de la NBA. En cuatro años en los que estuvo, sólo jugó 150 partidos. El resto, lesionado. Mientras tanto, la “opción” de la franquicia empezaba a crear la leyenda que sigue siendo hoy en día.


Ahora vamos hasta el año 2007, donde eligen al número 1 del draft Greg Oden, una autentica bestia bajo los aros que venía de ser subcampeón de la NCAA. Ya no cayeron en errores pasados y se centraron en él. Casualidad o desgracia, su primer año de rookie se la pasó vestido de traje y con una férula en la rodilla, ya que en el campus de verano se fracturó la rodilla izquierda. La maldición se volvia a ceñir en la franquicia de Oregón. Al año siguiente reapareció, pero a un nivel por debajo de lo esperado. Este año era su año, con un verano poniéndose en forma y cuidando sus rodillas, empezó siendo el jugador dominante y pieza clave en el equipo de Nate Macmillan.


Pero este domingo, en el partido contra los Rockets, su rodilla sana se fue en un salto. Las alarma saltó en el Rose Garden y la gente esperaba que fuese algo sin importancia. Sin embargo, todo lo contrario: Greg Oden, lesionado para toda la temporada. Esta lesión llega en mal momento para los Blazers. Puesto que también está lesionado Travis Outlaw, dejando el juego interior muy débil.


Las buenas vibraciones con las que empezó el equipo se han esfumado en un salto, en una acción sin peligro alguno. La pregunta que se hacen ahora es: ¿ Qué más nos puede pasar?

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